Maguito querido
Lo más triste y anti fútbol que te puede pasar sobre el verde césped… eso es el maguito. Busca tirar lujos y con suerte concreta alguno. Se pone toda clase de artefactos y adornos (¿creerá que así mejorará su juego?). Lo estrafalario de su aspecto y el gran déficit que presenta para tratar con la redonda lo vuelven un perfecto juglar: mucha pirueta, mucho ruido, pero duerme fuera del castillo siempre. Ojo, al margen el fútbol, probablemente te alegren el cotejo.
Pureza

El negro Astrada, Juan Simón, Marangoni, el tapón Gordillo... El juego limpio: corren, meten y siempre “blanco Ala”. Y bueno si, es verdad, a lo mejor en el furor del partido se le escapó una murrita que sentiste ahí abajo, pero el tipo igual te fue a buscar, te levantó del sopi, se disculpó, y encima la murra ya no te duele tanto…: un Señor!
Messi

Ojo, no es Potter eh… “Harry el sucio” es un clásico yanqui de principios de los 70’, protagonizada por el capo de Clint Easwood. Harry era malo (bien malo), obtuso y cínico por el lugar en el que le tocaba estar; acá se trata del jugador que hace el laburo más desagradable: perseguir y pegar y -sólo si se puede- pellizcar el balón. Un antihéroe muy necesario. Eso sí, lo hace porque 1) quiere la victoria de su equipo y 2) es fakin malo. Harry entonces es para los sucios que aportan pegando en el sector más heavie.
El apache

El ogro

Qué farsante de primera!... Promete y no cumple, se va de boca siempre, no lo puede evitar… con él, el futbol pierde, y mucho. ¿Su virtud? Inflar, hablar, batatear, fra-ca-sar. Lo pior de todo es que desconoce sus limitaciones. Se premia así lo que no deseamos, se premia lo que detestamos, se premia lo peor de nuestra cultura…: “Ogro, ogro, ogro… dejá de robar!”
Su presencia y performance definen el encuentro, sea por fútbol o por actitud. Visionario, preciso, práctico, y de paso algún lujito. Martucci le canta al fútbol y nosotros lo premiamos porque de lo contrario nos deberíamos dedicar a la agricultura... ¿?
De más está decir que llorar es su mayor virtud. Patalea, rezonga, busca excusas, acusa, insulta y siempre en la derrota sale a denostar a sus compañeros: él nunca es culpable, ya que es el mejor y si pierde es causa de los demás, los códigos... Quedaron en el vestuario???. Cree en conspiraciones, habla de psicología y de suerte cuando solo se trata de embocar el balón en la red, y lo más más complicado de su situación es la gran incapacidad que presenta para reconocer la superioridad ajena. ¿La pureza? Bien, gracias...
Conforme las caracterizaciones que hicimos, me parece q lo más bajo que te puede pasar es ganar el premio MESSI!! jaa
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